Dos de octubre, cuatro eventos, la disputa por los sentidos (una posible taxonomía del agenciamiento político)



Fotografía de 1998 del Diario de Colima con la leyenda: Poca respuesta del estudiantado colimense a la “marcha del silencio”, efectuada ayer para conmemorar la masacre de 1968 en Tlatelolco. Participaron escasamente un centenar de estudiantes.


Por lo regular, fechas como el dos de octubre en México pueden servir para medir la politización de una sociedad, sus formas de articulación o distanciamiento, así como los derroteros que van tranzando diferentes agenciamientos sociales y políticos. Y es que no es lo mismo un momento liminal donde lo masivo y estridente se vuelve visible, que procesos de construcción sociopolítica que se expresan en menor medida y con mayor silencio en lo público.

De entrada se puede señalar que a excepción de Morena, ningún partido político adscrito al sistema electoral ha anunciado un evento conmemorativo, aunque los mismos actores no pueden omitir en su discurso las referencias a esta fecha, como un posicionamiento que hiciera el diputado del PT en sesión del Congreso.

Parece que la Universidad de Colima, la UPN y el ISENCO, en tanto centros de producción de conocimiento y debate de ideas, no realizarán ningún evento especial.

Y entonces, frente a un bloque institucional al que podríamos decir le corresponde organizar algún tipo de jornada académica, política o cultural, aparece la voluntad organizada de actores que intentan no solamente dar continuidad a la presencia de esta fecha en la memoria colectiva, si no que también de alguna manera la reapropian para reafirmar sus posturas e identidades, la utilizan para hacer eco de su mensaje y para intentar ampliar su convocatoria a iniciar procesos de transformación social. Es entonces que podemos entender a todos como actores políticos.

Hay al menos cuatro eventos distintos que pueden rastrearse en las redes sociales, propiamente en medios de comunicación electrónicos y en Facebook, los cuales son organizados por distintos actores: Morena, Coordinadora Estudiantil Universitaria, Innovación por México, y un grupo de “ciudadanos y ciudadanas” (así en abstracto).

Sin que se haya realizado aun ninguno de estos eventos, y utilizando como medidor sus invitaciones de Facebook, el evento organizado por ciudadanos es el que ha generado mayor convocatoria (10% de asistentes sobre invitados), seguido de la CEU (7.4%), Morena (7.4%), y al final Innovación por México (4.3%).

Cabe aclarar un par de detalles, por ejemplo que el grupo Innovación por México tiene claros nexos con cuadros del PRI y la élite política de colima (uno de sus promotores es secretario de organización en juventud territorial del PRI, y la otra, instructora del ICADEP), mientras, el evento ciudadano está acompañado por bandas de rock de gran convocatoria, y quizás eso ayuda a explicar las distintas convocatorias más allá de sus meras formas. Aunque también las formas, a pesar de sus variaciones y contextos, son bastante indicativas, pues mientras Morena e Innovación por México recurren al formato de foro con exposición de especialistas en un auditorio, la CEU y los Ciudadanos optan por la expresividad político-cultural (música, presentaciones visuales, etc.) y la ocupación de espacios públicos.

Recurriendo a un esquema de oposición binaria, por un lado podríamos ubicar a Innovación por México, pues representa quizás un intento de refrescar demandas y dar tintes de crítica a la reproducción de los cuadros políticos de la élite dominante en el estado, o al menos, la formación de nuevos sin separarse de esta.

Por otro lado, podríamos encasillar (arbitrariamente como toda clasificación) a Morena, la CEU y los ciudadanos independientes. ¿Por qué los tres en el mismo saco? Todos se identifican en oposición a la élite política dominante, se identifican con la izquierda y pretenden la organización social para transformar la estructura social. Hay que aclarar, cada uno entiende todo esto a su manera.

Sin embargo estos tres actores no están en horizonte común, o por lo menos los ciudadanos independientes respecto de Morena y CEU.

La Coordinadora Estudiantil Universitaria se compone principalmente por cuadros formados al calor de la coyuntura política del 2012 y posteriormente influenciados por el proceso organizativo de Morena Colima y ciertas concepciones teóricas de la sociedad y la política asociadas al troskysmo. De ahí que hay un lazo entre esta organización estudiantil y aquel partido político (el vocero de la CEU fungió como secretario de jóvenes en Morena, aunque no todos son militantes), así como con un sector crítico principalmente compuesto por académicos, artistas y comerciantes locales con tendencias de democractización y transformación del sistema político.

Por su parte, se observa que el grupo de ciudadanos independientes es sustentado por el nombre de cuatro organizaciones: colectivo lo de menos, casa de la lengua, el último andador, colectivo las brujas y “miembros de la sociedad civil”.

Estos grupos o actores se asocian a un sector politizado en coyunturas más alejadas de lo electoral, influenciados por el fenómeno del zapatismo y concepciones teóricos cercanos al anarquismo y el cuestionamiento de la modernidad. Estos actores mantienen relaciones de intercambio con otras organizaciones y sujetos del amplio espectro de la izquierda, pero por lo regular tienden a una organización bajo cierto principio de defensa de la politización al margen del sistema de partidos y la incidencia en el funcionamiento del Estado.

Entonces, unos responden a la necesidad de renovar o dar continuidad a la élite dominante, otros a la rennovación del proyecto político hegemónico y los otros, a la construcción de nuevos espacios y sujetos al margen del sistema político actual.


De manera general esto podría servir para una clasificación muy simple de las distintas tendencias de participación y organización política en Colima, las cuales se clarifican al calor de un ícono histórico como es la conmemoración del dos de octubre. La pregunta que pasa por este escenario es en qué medida las distintas posiciones y formas producen impactos a corto y largo plazo, cómo van transformando la cultura política dominante, pero sobre todo, si están abonando a la construcción de una fuerza social y política que más allá de lo ideológico, genere condiciones diferentes de vida en una sociedad hasta ahora marcada por la apatía y el desencanto por lo público.

Comentarios