Descontento y movimientos en Colima: entrevista con Josué de la Vega




A partir del descontento que generó el proceso electoral de 2012, parece que en Colima se inauguró un ciclo de movilizaciones, de protestas y de oposición al sistema político, de un descontento con el Estado que cada vez se hace más visible.


En este cuadro podemos encontrar la resonancia de #yosoy132 y el Movimiento 2 de julio, el Movimiento Estudiantil Disidente, la formación de Morena, el despertar del pueblo de Zacualpan, el magisterio movilizado contra la reforma educativa o la escisión del SUTUC; también se ha constituido un nuevo movimiento estudiantil, y recientemente se expresan protestas contra la violencia, específicamente de género. ¿Cual es el escenario de la movilización social y el descontento en Colima? ¿Hay posibilidades de lograr cambios de fondo en la política y las condiciones de vida de los ciudadanos?

Estas preguntas guían una entrevista que realicé al Mtro. Josué Noé de la Vega Morales, especialista en Ciencia Política e investigador de temas relacionados con movimientos populares, sindicalismo, cultura y poder, quien ofrece una lectura crítica sobre este descontento, los límites y posibilidades de la organización social y política frente a un proceso electoral que se avecina.

E: En colima parece haber pequeños cismas políticos, recientemente se movilizó Zacualpan en contra de la reforma energética, las calles ahora exigen un alto a la violencia contra las mujeres, pero también ha protestado el magisterio, el sindicalismo universitario, motociclistas y algunos partidos en torno a demandas y reivindicaciones muy puntuales. De cara a un proceso electoral y a la aparente emergencia de una nueva fuerza política en el espectro de la izquierda ¿qué escenario se dibuja en el estado? ¿Hay alguna oposición real y efectiva frente a la hegemonía priísta?

J: Yo no veo una tendencia hacia una coordinación de las luchas de manera que constituyan una oposición real y efectiva a la hegemonía priísta, la cuestión está muy embrionaria. De repente aparecen diferentes tendencias pero esto se queda en un intento de agrupamiento, y parece que no hay partidos en el sentido de darle coordinación y direccionalidad a las luchas porque precisamente éstos -con registro o sin registro-, deben tener como propósito incidir en la reorganización de la sociedad, y para ello alcanzar en términos organizativos distintos lugares, de lograrlo permite que una lucha que se da en un territorio establecido y en un tiempo determinado pudiera rodear de solidaridad al movimiento y así darle cobertura a este tipo de acciones, y esto potenciaría de alguna manera a los movimientos.

Es cierto, el partido institucionalizado tiene sus desventajas, hemos visto a lo largo de la historia que lo que buscan es aprovecharse en muchas ocasiones de los movimientos para obtener canonjías, no obstante, los beneficios de esta forma de organización está en la posibilidad de que las luchas se fortalecieran y pudieran extender sus demandas e inquietudes a otros lares, o también el partido pudiera poner su aparato al servicio del movimiento, y esto sería muy importante, facilitaría que el movimiento por lo menos tuviera una mayor difusión de los propósitos que busca y pudiera convocar a acciones de solidaridad, pero aquí tendría que invertirse la cuestión: no es el partido el que estaría primero sino el movimiento, al cual se le daría el respeto y al mismo tiempo se le estaría facilitando la estructura de una organización política.

E: ¿Qué pasa en nuestro estado?

J: No veo ninguna organización permanente con alguna importancia, solo hay intentos que han quedado en eso, en intentos bien intencionados... Si bien se ha constituido con altas expectativas el Movimiento Regeneración Nacional en Colima, y en su actuar durante el poco tiempo que tiene ha manifestado una intención de irse acercando a los movimientos de resistencia -lo que es muy positivo-, veo que posiblemente, en poco tiempo su dinámica va a ser diferente, va a estar inmerso en la dinámica electoral y entonces los cuadros que tiene hoy y que podrían estar apoyando a los movimientos al rato van a estar inmersos en acciones electorales. Ejemplo de ello lo tenemos en la historia de otras organizaciones como fueron el PMS, el PRT, OIR, Línea de masas y Organización Revolucionaria Punto Crítico, entre otras que actuaron a nivel nacional, de manera que al incorporarse a la dinámica electoral desaparecieron. Muchos de sus cuadros ahí quedaron; se perdió entonces el trabajo de años que se tenía de apoyo a los movimientos sociales y de organización de los oprimidos y explotados que fue muy importante en la obtención de sus conquistas, y creo que esto puede suceder con Morena… Esperamos que sus intenciones de hoy por vincularse a las luchas sociales no sean con un propósito meramente propagandístico con la única finalidad de extender sus simpatizantes vistos como una reserva electoral. Si no hay claridad en el programa político del partido de cómo trabajar entre los sectores dominados para impulsar su organización y sus demandas, la dinámica del propio sistema electoral absorberá al partido y será uno más.

E: ¿No sería también responsabilidad de los movimientos presionar al partido para que esto no pase?

J: Esta es otra situación, pudiera ser que el movimiento presionara, pero el problema es que la dinámica de los partidos registrados hasta hoy es la racionalidad electoral, entonces no va a dar pie para permitir este tipo de acciones mientras no tenga también como prioridad las luchas sociales, por ejemplo, a nivel nacional lo hemos visto en distintos momentos hasta con el mismo López Obrador, en momentos electorales, si había movilizaciones sociales, los partidos que discursivamente se identificaban con los dominados reducían sus apoyos políticos hacia los movimientos, se trataba más bien de deslindarse y evitar verse afectado electoralmente, lo que llegan hacer entonces es retirarse de estas cuestiones; pasan su compromiso social al cofre de los recuerdos, lo vimos en los comportamientos que se tuvo en el caso de la APPO o en el caso del magisterio, en particular con la CNTE. Cuando el único interés reside en lo electoral, el partido tiene que cuidar su aparato y su imagen con los que obtendrá votos que se convierten en prerrogativas monetarias. .

La otra posibilidad es que los partidos que se autodenominan de izquierda social pudieran estar más abiertos hacia los movimientos e interesados en la preparación de sus cuadros, y entonces si habría posibilidades de que el mismo movimiento tienda a influir sobre estas organizaciones, por ejemplo la OPT, que en su origen están organizaciones como el SME, además de dar apoyo a la lucha de los electricistas impulsa una central de trabajadores y tiende su solidaridad a las distintas acciones populares, esta manera de actuar obliga entonces a la organización a estar más abierta y perceptible a los movimientos y eso se facilita pues su interés no está centrado en la obtención del registro electoral, su vida depende más bien de la fuerza que tomen los movimientos. En el caso de Colima no tenemos OPT, y aunque hubo un intento para constituirse sin embargo no fructificó por motivos varios. En la entidad no encuentro una organización social fuerte que pudiera hacer las funciones de coordinación y trabajo de masas...


El papel que en ese sentido ha hecho Bios Iguana ha sido muy importante, ha estado presente en varias de las luchas importantes que se han dado, entre ellas la que se dio contra la instalación de la planta regasificadora, actualmente también está presente apoyando la organización de la gente de Zacualpan o en el caso de la acciones que en su momento llevaron a cabo los residentes de La Yerbabuena. El 
problema es que Bios Iguana es una
organización muy pequeña en relación a los cuadros organizativos que tiene, por lo que su efectividad se queda en muchas ocasiones en la difusión de las luchas, no niego su importancia pero es suficiente. Desde mi punto vista, ante la falta de organizaciones seriamente comprometidas con los movimientos populares, Bios iguana es la que ha venido sustituyendo en Colima de alguna manera a los partidos políticos.


E: Desplazando a MORENA como protagonista pero manteniendo a los partidos políticos a la par, ¿cómo podemos leer el descontento social que ha venido manifestándose en Colima? Nacen y desaparecen intentos movimientistas, hay movilizaciones que no se traducen en algo más pero sigue brotando el descontento expresado en lo público. Ya hay un movimiento estudiantil institucionalizado en la UdeC, en próximos días habrá un foro sindical en la capital con la presencia de organizaciones como la Nueva Central de Trabajadores, también está el caso de Zacualpan y otras demandas más de corte burgués por decirlo de alguna forma, como los motociclistas, hay signos de rupturas...


J: Yo me voy por el caso de los estudiantes, la formación de esta Coordinadora Estudiantil Universitaria es importante en el sentido de que por lo menos marca un distanciamiento en cuanto a formas de querer trabajar con el movimiento estudiantil y abre una perspectiva diferente, cosa que anteriormente no sucedía, eso es importante porque el estudiante por lo menos puede ver que no nada más existe la Federación de Estudiantes Colimenses y una manera de actuar, sino que puede haber también otras opciones. El CEU tendrá que trabajar en un proyecto en que dé respuesta a preguntas como cuál es su proyecto de Universidad o de educación pública, cuestiones que a la fecha no tiene y que es importante, para de ahí establecer qué tipo de trabajo se puede hacer; su nacimiento es benéfico porque se convierte en un punto referencial para el estudiante, pero también carga una serie de debilidades, y esto es producto de la falta de experiencia de lucha del movimiento estudiantil en Colima, una de esas debilidades precisamente es que no tienen un proyecto de qué se está pidiendo para la educación pública, o cómo se concibe a la Universidad, es decir, cuál es la situación y ante ella cómo actuar, y pareciera que no hay tampoco una política de qué tipo de demandas va a levantar el movimiento estudiantil. El CEU al no tener un proyecto sus acciones que emprende son de rebote, por ejemplo, tenemos el caso de la declaración del diputado del PRD en que manifiesta su descontento contra las cuotas en la universidad y un mes después toma posición al respecto la Coordinadora y manifiesta su protesta públicamente sin precisar criticas bien fundadas... Parece que en la organización estudiantil no hay claridad de hacia dónde se quiere ir, mientras no tenga un programa mínimo que le permita tener consignas movilizadoras y un trabajo de masas claro, esta organización no tendrá mucho futuro, no será una alternativa real para el movimiento estudiantil.

E: Pasa lo mismo con los demás brotes de protesta?

J: Son pequeñas rupturas, pero el problema de esas pequeñas rupturas es que no hay claridad política sobre qué programa vas a actuar, cómo lo vas a construir, cuál es tu propósito u objetivo, y entonces se plantean cuestiones inmediatas de poco alcance, y en la medida en que se resuelva o se da trámite a la inconformidad se acaba el asunto. No hay una estructura que de permanencia a la lucha. Por ejemplo, en el caso del magisterio nunca hubo una caracterización por parte de la disidencia del sindicato de educación, no se clarificó a la gente del porqué no se realizaba el trámite por el sindicato, tampoco se discutió qué esperábamos de la dirigencia sindical y de la nueva ley educativa y porqué se tenía que impulsar un movimiento a la par de la dirigencia... 


Las acciones para llevar la formulación y trámite del amparo contra la ley de educación se hicieron como actividades de beneficencia, sin una crítica clara y firme a la dirigencia sindical, se convocaba para un evento o para una acción, y al término de ella se acababa todo el trabajo, por eso no pudo constituirse un núcleo organizativo. Como no hay claridad política en el magisterio colimense por la falta de experiencia es fácilmente aprovechable por aquellos cuyas miras son la obtención de cargos, generando con ello desconfianza entre los participantes. Si a la gente no se le da horizonte alguno en su actuar y la dejan en un vacío de información la convierten en presa fácil del charrismo sindical. Y eso fue lo que sucedió.


Así termina alimentándose el descontento y alimentando la apatía de la gente, porque precisamente ella confió, participó y después fue abandonada, se acabó el movimiento, no hubo más. Lo que yo voy viendo es que los movimientos inician con un buen número de gente (y esto sucede en muchos movimientos), pero como no hay un trabajo permanente va disminuyendo de manera acelerada, no se va conformando una columna de activistas que permitan mantener esta línea de trabajo, y entonces decae completamente el trabajo, y esto es lo que pasó en el magisterio. Situación aparte de problemas y divisiones en del magisterio disidente colimense, lo que pasó es que tampoco había claridad en el trabajo sindical, no se sabía hacia dónde iba la lucha, no había perspectivas de gran alcance, era un trabajo inmediato: el amparo y eso era todo. Esos comportamientos en poco contribuyen a politizar a la gente y entonces el trabajo cae fácilmente. Se tuvieron movilizaciones de hasta 300 profesores -un buen número para Colima que había permanecido desde tiempo atrás en la inmovilidad y donde el aparato corporativo es muy fuerte-, el problema fue que no hubo estructura y una línea de masas que se podía haber impulsado.





E:  ¿se podrá traducir esto en que estos brotes de inconformidad cuestionan un problema o enarbolan una demanda muy particular pero no van a sus causas generales?, por ejemplo el caso de los motociclistas, lucharon por que no se les imponga el chaleco pero no se cuestionó la política de seguridad ni los excesos administrativos de estos gobiernos, o el caso de la lucha por el FOSAP, donde no se cuestionó el modelo de universidad, los entramados de poder expresados en el consejo universitario o la situación laboral en el estado, parece que hace falta un marco más integral...

J: Precisamente si se elabora una línea política se tiende a ir más al fondo y de ahí la importancia de un partido de masas para las masas, porque permite ver el contexto de quién es tu amigo, quién es tu enemigo, con quién vas a hacer alianzas, cómo se puede comportar el Estado, cuáles son las demandas de otros movimientos con los que pueden entrar en convergencia, y en ese sentido se puede ir creciendo... Hasta el momento yo no lo veo, son muy puntuales las cuestiones; en el caso de los motociclistas fue muy puntual, simple y llanamente era el problema del chaleco, que yo no niego que es importante porque marca fisuras en el control, pero la pregunta es si esto tendió a establecer una forma de organización en defensa de los motociclistas o si dejó algún producto, no se ve, aunque creo que sería pedirle mucho a este movimiento.



El caso de las mujeres es importante, a mí me llama la atención porque desbordó organizaciones ya burocratizadas como el caso del Centro de Apoyo a la Mujer y otros que si bien apoyan las causas y demás, finalmente se institucionalizaron, y entonces se autoimponen límites, también es cierto que un movimiento puede desbordar a estas organizaciones e ir constituyendo en el camino nuevas formas de representación, y si en realidad hay una buena disposición de estas organizaciones para que en un momento pueda avanzar el movimiento, ellas estarían dispuestas a ocupar el último lugar y a incorporarse, pero aquí está el problema de las prerrogativas, de los recursos, medios idóneos de la cooptación, recordemos que del otro lado está el aparato del Estado, y este también juega da o quita dinero, cargos de representación, de manera que al estar en el presupuesto el comportamiento de las organizaciones tienen a burocratizarse y sus perspectivas de lucha a cambiar, y esto cercena el horizonte, eso sucedió con el movimiento de las mujeres en Colima.



Otros movimientos que hasta la fecha han mantenido su presencia e independencia del Estado es el de los habitantes de Zacualpan, donde ha habido algunos intento gubernamentales por dividir a los campesinos, cooptarlos o reprimirlos....La resistencia que llevan los habitantes de Zacualpan es de gran importancia ya que desborda las fronteras del lugar y se podría convertir en poco tiempo en una lucha de amplio espectro, que movilizara mucha gente más, porque entre sus demandas están aquellas que tienen que ver con la vida misma, como es el problema del agua y de la posesión de la tierra, y que no solo afecta a ellos. Eso lo tiene claro, me parece, por eso la intención de vincularse con otros grupos sociales que les permita potenciar su capacidad de resistencia a las reformas energéticas. Ahí tenemos como una demanda profundamente arraigada se convierte en factor de movilización. En torno a esta lucha se pueden ir agrupando las demandas sindicales, estudiantiles y de género e ir elaborando en la acción misma un programa amplio. El punto de partida podría ser Zacualpan y en función de eso se permitiría ir aglutinando el resto de las demandas. Es una lástima que en la última movilización que realizaron los habitantes de Zacualpan no se vio ningún contingente expresando su solidaridad. Es necesario avanzar en la unidad de las fuerzas.

E: En Colima el PRI mantiene un duro control de la hegemonia estatal, tiene un aparato de control que trabaja desde dispositivos clave en instituciones como la Universidad, organizaciones civiles y organismos de gobierno, y opera a través de programas sociales o la coerción; frente a ello vemos movimientos con escasa organicidad, con escasa elaboración de programas y reflexión de la realidad política, a lo que se suma una organización-partido que está presente aunque no ha podido coordinar estas cuestiones, ¿en este escenario apuntamos a que continúe el descontento a manera de descomposición y la maquinaria de poder se mantenga?

J: Quiero puntualizar: no se trata de que debe haber un proyecto ya elaborado, no, los proyectos políticos se van elaborando, no es un resultado de un grupo de intelectuales que se reúne y elabora a nombre de la sociedad el proyecto, este tiene que surgir a partir de las acción de las fuerzas sociales que en el actuar ponen de manifiesto sus demandas y las formas de lucha para satisfacerlas, en síntesis, debe ser resultado del movimiento como resultado de su propia reflexión.

El movimiento de masas avanza en el sentido de que hace evidente las fisuras del sistema de dominación, pero la cuestión es cómo se van a coordinar las luchas, y en el caso de Colima la falta de experiencia puede dar pie, como lo señalé antes, a que intereses diferentes a los movimientos aprovechen a éstos para llevarlos al aparato del Estado y desarticularlos, esa es una posibilidad muy válida. Como ya se dijo, hay falta de experiencia, de claridad en la lucha, de convivencia de nuestra práctica diaria, lo que hace muy difícil que las fuerzas entren en convergencia. Muchas de ellas siguen arrastrando las prácticas corporativas en su actuar generando desconfianza en el resto de los actores.


Otro elemento a tomar en cuenta es la desilusión de la gente, algo que ha funcionado tiempo atrás para “reventar” a los movimientos sociales es mantener la decepción de la gente: la clase política coopta, integra a los dirigentes y los hace diputados. Entonces la gente inmediatamente piensa en que han sido traicionados y el único propósito era la obtención de beneficios personales', entonces dejan de creer en sus propias fuerzas, les entra la desconfianza a emprender cualquier acción. El ser diputado o tener un cargo político no es bien visto por la gente, su experiencia en esos menesteres es vasta. Sabe que ya no mirará los problemas desde la perspectiva de los dominados. No niego que haya diputados que sí se comprometan pero son casi inexistentes. Desde el sentir de lo popular, si un dirigente salta a un puesto de representación popular o administrativo, lo único que genera es desilusión y desconfianza reforzando así la atomización popular.

E: Entonces la tarea no es únicamente llegar estos puestos de representación sino re significar los frente a la sociedad


J: Esta es una discusión importante frente a la que hay dos corrientes, una que dice que no tendríamos que llegar a los cargos de elección, y la otra plantea que habría que darle un nuevo significado a los cargos. Yo estaría por la segunda, sí es válido alcanzar cargos políticos pero siempre y cuando esos mismos estuvieran apuntalado por los movimientos sociales; si tu eres diputado producto de las resistencias debes responder por lo menos a las inquietudes populares, de manera que el actuar en esos espacios tendrá que ser diferente a la que en ella realizan hoy en día aquellas fuerzas que se reivindican de izquierda, de lo contrario de nada serviría. Hay que saber para que se está en los aparatos de Estado y la única brújula la componen el apoyo popular y un proyecto nacional popular que reivindique los intereses de la gente.

Tiempo atrás esta era una discusión en la Coordinadora de Trabajadores de la Educación: si había que ocupar cargos en el Comité Ejecutivo Nacional del SNTE o no, y la posición que ganó fue la que aceptaba los cargos siempre y cuando se tuviera la fuerza de masas necesaria para hacer uso del puesto en beneficio de los intereses de los trabajadores, funcionó a medias porque el poder dominante tiene sus mecanismos, logra cooptar y aislar y a partir de que lo obtiene se queda el representante en las redes del poder dominante, entonces ¿para qué quieres un cargo? Eso debe de analizarse y en función del momento y la correlación de fuerzas hay que decidir; si la situación es negativa para las fuerzas populares lo mejor es continuar construyendo el movimiento y en la medida en que crezca será en la medida en que se pueda tener más influencia para estar incidiendo en la toma de decisiones e impulsar una re significación del cargo

E: Pareciera que los remanentes que han dejado alguna estructura de organización más sólida están en la Universidad de Colima: la Coordinadora Estudiantil Universitaria y el Sindicato Independiente de Trabajadores Universitarios, que si bien son descontentos que se agrupan y toman forma de organización instituida, pareciera que llegan demasiado rápido a este punto...





J: En el caso del Sindicato Independiente de Trabajadores Universitarios (SITU) parece que urgía a los dirigentes de la organización que les dieran el reconocimiento bajo el supuesto de que se estaría en mejor situación para detener las acciones de la autoridad, pero ello no es cierto, el que tengan el reconocimiento no va cambiar en nada la correlación de fuerzas pues no ha habido un trabajo consecuente, de manera que la misma presión que ejerza la autoridad será la misma mientras no se tenga una fuerza contenedora. El resultado puede ser catastrófico. Eso lo podemos revisar históricamente en cualquier lugar, si la autoridad universitaria no quiere reconocer a la organización sindical finalmente va a estar metiéndole piedritas en el camino, usando el aparato a favor de sus intereses, de manera que no se resuelve ningún problema con tener el registro del nuevo sindicato, sobre todo cuando este sufre de un vaciamiento social. Nadie lo conoce, su Declaración de Principios, sus estatutos, no fueron producto de la discusión. La organización nació de la noche a la mañana sin ser discutida su pertinencia. Me pregunto ¿Por qué no haber empezado poco a poco para ir construyendo la organización? Haber organizado un foro de discusión de donde salieran las próximas tareas sindicales. Para la constitución de un nuevo sindicato o una corriente democrática, debía haberse convocado a un congreso constituyente en donde la gente se sintiera participe.

La Coordinadora Estudiantil Universitaria pasa por la misma situación, yo creo que es poco a poco, hay que ganar pueblo, ir ganando posiciones estratégicas, ir discutiendo sobre problemas; no entiendo para qué van a convertirse en asociación civil, ¿qué ganan?, jurídicamente estas ahí pero no hay nada más, el trabajo que se requiere es político, y ahí la Coordinadora ha hecho cosas positivas, ha organizado eventos para preparar sus cuadros, se ha solidarizado con algunas luchas. Simplemente hay una buena intención, pero quizás la falta de experiencia no permite dar un paso más allá de cuestiones de buena fe, y aquí no se van a enfrentar con Ángeles, aquí se van a enfrentar con el poder en bruto, entonces tienes que organizarte bien, saber el trabajo que vas a hacer y hacerlo bien, a la fe hay que meterle la cuestión de objetividad. Qué estructura darse para hacer la organización lo más representativa posible, que demandas levantar, etcétera y cómo voy a avanzar.

A mi parecer tanto el SITU como el CEU tienen una gran debilidad: no hay trabajo de masas, no habido trabajo en las bases. En el caso del SITU no hay claridad sobre qué es eso, y te lo digo como trabajador, no sé que plantea este sindicato ni que tipo de trabajo sindical realiza... Sus dirigentes dieron una batalla importante en defensa del FOSAP, eso no está en duda, pero una organización sindical no puede constituirse teniendo como único eje la defensa del fondo. El problema es que antes de buscar el registro se tenía que haber discutido su constitución misma, insisto, las organizaciones tienen que surgir a partir de los movimientos, y tiene que ponerse a discusión toda ella, eso contribuye a la educación política del trabajador para que sepa por qué y para qué el nuevo sindicato, cuál su diferencia con el actual. Pero sobre todo, que la gente decida la alternativa de un nuevo sindicato o la formación de una corriente democrática. La falta de discusión refleja que la decisión la tomó un petit comité siguiendo la misma política de inmovilidad que ha sido característica del SUTUC desde que nació. Lo que va sucediendo es que con esas prácticas y decisiones la gente mira los sucesos como un espectador más sin comprometerse. La política que lleva la gente el SITU es errónea por ser una política de auto marginación. Mismo esquema se manifiesta en el CEU.

No se ve una tendencia hacia un nuevo sindicalismo y ello queda de manifiesto ya que los estatutos son igual a los del SUTUC, entonces pareciera que lo único que importa es la cabeza de la organización; por el contrario, lo que debe de buscarse es precisamente una representación amplia de trabajadores, empleados y académicos, en la que por lo menos haya una nueva perspectiva de Universidad en que se de respuesta a cuestiones como la situación que guardan nuestros derechos laborales, qué posición tomar con la reforma educativa y como puede afectar ésta a los trabajadores universitarios.

E: En síntesis, podría decir que vemos movimientos con incipientes procesos democráticos, discusión, trabajo político, lo que frente al 2015, año de elecciones y momento de redefinición de los puestos de poder, probablemente no haya una fuerza social que ingrese demandas y transformaciones importantes en los próximos gobiernos.

Yo lo que veo es que el movimiento de resistencia avanza de buena fe, expone grietas en las formas de dominación -que son importantes-, pero no logra permanencia, no logra articularse, y entonces lo que va suceder en el 2015 es precisamente que los movimientos van a llegar desarticulados otra vez, las elecciones no van a tener un contenido político importante, por lo menos yo así lo veo, la sociedad está totalmente atomizada y a quien le conviene tenerla así es precisamente al poder. De continuar estas tendencias las elección estarán vacías de contenido social.


En el caso de Morena pudiera aprovechar las elecciones para promover un trabajo más de tipo social que se vincule con los movimientos, en Colima esa intención se ha hecho bien, se ha avanzado y ojalá se siguiera en ese camino. De obtenerse diputaciones para las fuerzas de izquierda se tiene que dar a conocer qué proyecto va a impulsarse, cómo lo van a vincular con el trabajo popular, porque no es fácil, ¿cómo vas a vincular las acciones parlamentarias que realizas con movimientos populares? Eso también tiene que estar en la agenda de discusión de Morena.

Para concluir podemos decir que hay visos de que algo está crujiendo desde lo popular de manera que abre la perspectiva de un nuevo horizonte: la posibilidad de construir instancias de resistencia para frenar las políticas neoliberales que el gobierno de Peña Nieto lleva a cabo y que laceran los derechos sociales. Colima participa ya en este proceso que es nacional y local a la vez. Todavía hay tiempo de dar vida a un frente de resistencia, y después, construir un proyecto popular que reivindique los derechos sociales e individuales de los que emerja una sociedad cuyos integrantes tengan realmente una vida humana. Manos a la obra, antes que nos alcance la barbarie.  

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