El domingo 15 de diciembre MORENA
Colima realizó su asamblea estatal con el objetivo de reunir al menos 3mil
personas. No lo logró pero ¿en realidad fue este su objetivo?
No hubo tortas, pero los
vendedores de tejuino y churritos estaban ahí para medio tapar el hambre de los
asistentes. Sí, hubo camiones, y quizás la mitad o más de los asistentes se
movilizaron desde Tecomán, Manzanillo y Armería, la presencia de simpatizantes
o militantes de Colima y Villa de Álvarez fue pírrica. El comité estatal de
morena Colima concentra casi totalmente su fuerza en la zona conurbada
Colima-Villa de Álvarez.
Un domingo a las 3 de la
tarde, con final de futbol encima y sin
la presencia de Andrés Manuel, morena Colima desarrolló su proceso de asamblea estatal, de acuerdo a
los procedimientos que marca el IFE para reconocer un partido político y
hacerlo acreedor a participar en elecciones y recibir presupuesto público.
A nivel nacional morena ya
cumplió con el requisito de las 20 asambleas, en medio de eso, el congreso de
la unión agotó la agenda del pacto por México y reformó sustancialmente la
constitución nacional, como corolario abriendo la puerta a la participación de
capital privado en la explotación de recursos estratégicos antes propiedad
exclusiva de la nación.
Con buenas razones morena puede
argumentar la necesidad política de continuar realizando asambleas a pesar de
ya tener el número requerido, pero frente a la realidad nacional, es inevitable
preguntarse si la tarea más urgente e importante es enfocar esfuerzos y
recursos en movilizar y demostrar músculo, o bien, comenzar a concentrar
fuerzas en la organización cotidiana y la acumulación para el mediano y largo
plazo. Es reconocible la intención de mantener el principio de
partido-movimiento, pero no siempre las condiciones están para hacer malabares.
La congruencia es valiosísima y
el pragmatismo plantea retos, ¿si hay futbol no será conveniente poner una
pantalla? mmm televisa es el enemigo, el futbol es enajenación, vitorear al
América es falta de conciencia de clase. Imposible.
Una espera de dos horas provocó
que mucha gente se saliera a hurtadillas, ¿acaso no sabían el sacrificio de tiempo
que tenían que hacer? ¿Dónde empieza y termina el compromiso de un militante?
Desde un escenario circular, los
oradores (y cantantes previos) poca soltura tuvieron para generar un público
conectado; en parte el equipo de sonido, en parte la falta de atención, en
parte el desencaje de discursos, no terminaron de cuajar un auditorio potente,
el cual sin embargo votó por unanimidad regresar en enero con una persona más y
su credencial de elector actualizada y cantó el himno nacional alzando la mano
con la V de la victoria.
Estuvieron presentes
personalidades que estoy seguro, la mayoría de los asistentes no conocían,
¿Quién es Loretta? ¿Quién es Pinchetti? Un compañero que participó afiliando
personas en las calles me comentó que la gente no conoce al comité estatal, no
ubica el nombre de su presidente.
Aquí lo interesante es qué hay más allá del presidium de notables, de la estrategia dictada y los recursos inyectados para un evento simbólico: el trabajo en las calles, el reconocimiento de miles de simpatizantes y su afiliación, el cara a cara del militante con el poblador, el diálogo y el reconocimiento, la formación de mapas mentales y geográficos durante las largas caminatas para buscar firmas, el despertar de un padre de familia, la oferta de la esperanza para una mujer libre, la opción de posibilidades para un joven con rabia.
¿Qué hacer en medio de un país
descompuesto?
Mientras esperábamos a que
transcurriera el tiempo, un grupo de amigos (unos afiliados y otros no) platicábamos
sobre la reforma energética, su aprobación en el congreso de la unión y los
estados, el pacto por México y el gobierno de Peña Nieto. Mientras el tiempo
corría las opciones fueron apareciendo: tomar el congreso, tomar una estación
de radio, tomar televisoras, poner bombas, secuestrar funcionarios, armar un
partido, hacer un congreso popular o alternativo… especulaciones sin duda, aquí
los que estaban materializando un proyecto eran los militantes de morena.
Nos preguntamos a qué fueron las
poco más de 2mil personas que se congregaron como asambleístas ¿En realidad
sabrán su función como tal? ¿Solo iban a ser contados para regresar a su casa?
¿Esperaban ver a Andrés Manuel? ¿Escucharon los discursos?
Da la sensación de que se repite
el esquema, una clase dirigente moviliza masas para ganar posiciones, lo
procedimental (desde los requisitos de la institucionalidad burguesa) es
garantía insoslayable, la centralización y arborescencia organizacional y
directiva se imponen por la urgencia de la estrategia. Todo esto en sí no es
bueno o malo sino hasta que lo midamos de acuerdo a su fin y a sus impactos
reales, pero persiste la pregunta de cómo escapar de la inercia sin despreciar
sus elementos útiles, cómo construir lo nuevo sin caer en la ilusión de la
espontaneidad, de utilizar un punto de apoyo con el fin de eliminarlo, de empoderar
colectiva e individualmente.
La fractura social es profunda,
no tenemos prioridades, carecemos de coordenadas comunes, lo cotidiano y el
largo plazo parecen no conectar.
Es necesario reinventar la
política, pero como decía un exponente del marxismo cultural, pensar en el
abandono de todo lo “viejo” para reconstruir lo “nuevo” es también, falta de
creatividad.
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