Política de ocurrencias


La marcha de este sabado donde se promueve un Colima a favor de la reforma energética, ha sido convocada por el gobernador del Estado como un acto innecesario, pero que probablemente para su círculo de estrategas aparezca como un tremendo golpe de fuerza.

Para quien conozca las formas del aparato político pricolimense la orden es clara, el gobernador (primer priista y casi primer colimense) da la señal para que todos corran a defender...¿qué? en realidad no se promueve una reforma o una política, se invita a fortalecer una identidad partidista. Para quienes con fervor y convicción se han sumado a esta campaña Colima es igual a PRI. La invitación a la marcha y a promover la reforma está liderada por la secretaría de administración y finanzas y se suma una que otra secretaría a través de sus cuentas oficiales en facebook o twitter.

Pero el asunto va más allá de la marcha; apenas hace un par de semanas la agenda de los medios locales han dado especial relevancia al tema de la reforma energética en voz de interlocutores que habilitan selectivamente, por ejemplo la COPARMEX o CANACINTRA (quienes ya se pronunciaron a favor del IVA a alimentos y medicinas), cuyos voceros nos dicen las bondades que traerá la reforma energética al país y a nuestro Estado.

Por su parte, presidentes municipales, diputados y funcionarios ocupan las primeras planas con el mismo discurso: las ventajas de la reforma energética promovida por Peña Nieto y la necesidad de aprobarlas sin mayor dilación ni discusión. En primeras planas también aparecen presidentes de los comités políticos municipales del PRI y el consejo estatal.



La estrategia es clara: el grupo en el poder moviliza la administración pública estatal, la estructura del partido, las cámaras empresariales y agrupacioens sociales afines para promover la fuerza de una identidad política enmascarada en un supuesto interés nacional y estatal. El discurso es vacío, chantajista y ofensivo. Roberto Chapula ha declarado incluso, que es un deber del gobernador informarnos sobre las bondades de la reforma.

En ningún momento se ofrecen diagnósticos del tema energético en el país, no se ofrecen datos, no se da acceso a la letra puntual de la propuesta, simplemente se circula propaganda publicitaria que ni siquiera ha sido tratada para el ámbito local, tal cual se trata de replicar la publicidad nacional.

Pese a sus intenciones y recursos la propaganda en las redes virtuales no ha sido viral, y las escasas personas que por iniciativa propia salen al público a replicar la orden gubernamental se exponen al ridículo. Contario a ello, en algunos medios de comunicación se ha denunciado como el aparato gubernamental está presionando empleados de confianza y sindicalizados para asistir a la marcha de forma obligada. Claro, esto no sale en los mismos periódicos donde declaran toda la masa de funcionarios y representantes replicando la campaña gubernamental, o por lo menos no ocupan las primeras planas.

Pese a sus intenciones y sueños, esta campaña de pleitesía hacia Peña Nieto y su grupo político nuevamente será un autogolpe para el PRI-Colima ahora encabezado por Mario Anguiano, su estrategia no ha recibido el apoyo del priismo del ámbito nacional, ¿dónde está Arnoldo Ochoa, Miguel Angel Aguayo, Ignacio Peralta o Jose Manuel Romero? Ninguno de ellos ha hecho presencia en los medios para replicar las gracias del Anguianismo-Orozquismo. Quizás después vengan a reforzar unidad quizás no.

Una vez más se demuestra el desfase de los que se autonombran estrategas y visionarios con la realidad que desprecian. La sociedad colimense no es tonta, quizás sea pasguata pero su fidelidad no es eterna y sin precio, a cada insulto de este tipo corresponde una ola de indignación que va despertando nuevas conciencias de rechazo y otras de organización.

¿Qué pretende el grupo Anguiano-Orozco? Parece que quedar bien con Peña Nieto, pero quién sabe si para el gobierno federal, en medio de un país estallando y una oposición política organizandose, una marcha de 500 personas en Colima le aporte algo.

Al contrario de los opositores a la reforma, esta estregia propagandística no pretende influir en el voto de legisladores ni abrir un debate, simplemente mostrar que todo está bien, bajo control, como si hace casi un año no le hubieran detenido la arbitraria construcción de una mega-iglesia en este estado que dominan con palo y zanahoria pero con poco cerebro. Política de ocurrencias, política de la identidad, política del odio.







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