El discurso de
la Jose Martí, el de la UdeC y el de Gobierno del Estado es el mismo: lástima que no pudiste estudiar lo que elegiste o
para lo que crees tener vocación, pero el chiste es que tengas un título, mira
estas ofertas, ¿no te gustan? mañana inventaremos otras.
Indignación y morbo son
las sensaciones que de forma general ha despertado la noticia de que la
licenciatura en medicina del Instituto José Martí no obtuvo el Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (RVOE) por parte de la Secretaría de Educación del Estado
de Colima, lo que estaría expulsando a sus estudiantes de la seguridad
de obtener un título en la profesión elegida, seguridad que ha costado dinero,
noches en vela estudiando, gastos de transporte, entre otras peripecias obligatorias
al trayecto estudiantil.
Cierto que hay omisión
de esta institución al ofertar y poner en funcionamiento un programa de
estudios sin tener la validez requerida, también es cierto que hay un depósito
de confianza por parte de quienes se inscriben y cursan ¿Por qué una escuela
puede empezar a ofertar servicios antes de tener reconocimiento administrativo?
¿Por qué confían los estudiantes y sus familias?
Asumiendo la
(ir)responsabilidad de las partes hay que buscar el rompecabezas completo, y es
que si bien es muy probable que el instituto haya incumplido una serie de
requisitos para no obtener la validez oficial de su plan de estudios, no se
entiende porqué el gobierno permite a instituciones educativas privadas operar
sin RVOE. Tampoco es claro de qué forma se aplican criterios y reglamentaciones
pues basta con dar un paseo por el montón de escuelas de nivel medio superior y
superior que operan en el Estado y comprobar el contraste de infraestructura,
personal y dinámicas de trabajo.
La vigilancia sobre las
instituciones de educación es ineficiente, arbitraria, en ocasiones con excesos
administrativos y en medio de prácticas de corrupción. No es que la educación
privada sea mala por sí misma, pero si no aseguramos una regulación que asegure
su calidad y su función social tendremos una sociedad atascada de títulos y
profesionistas de formación express, con pésimos docentes y bajo filosofías muy
perniciosas para la vida civilizada y democrática porque lo que importa es el
lucro: la institución lucra con membresías y el estado lucra con permisos,
RVOES y demás tramitologías y sobornos.
Conozco casos de jóvenes
que están en el penúltimo semestre y cierran su carrera por falta de clientes
(estudiantes), perdiendo años enteros de trabajo y pagos; hay escuelas donde
puedes tener vacaciones si pagas (esta escuela obtuvo su RVOE hace poco
tiempo). A esto podemos sumar la dudosa calidad de la educación y lo apto y
seguro de sus instalaciones; hay instituciones donde es imposible pensar en
cómo alguien puede trabajar en aulas diminutas y despedazadas.
Por si fuera poco las
tecnologías de comunicación nos permiten tener ofertas de doctorados directos (puedes cursarlo con tener un título de licenciatura), semipresenciales y en tan solo 3 años. Ya no es
necesario tener procesos de investigación y elaboración de tesis para obtener
un título de licenciatura, pues si te inscribes en un posgrado automáticamente
te dan puntos para validar tu titulación, ¡Esta dinámica ya está alcanzando a
la propia Universidad de Colima!
Contrario al
mito, no es difícil sostener que la oferta educativa privada
es de pésima calidad frente a la formación en una institución pública o
autónoma, que en teoría cuenta con una serie de procesos que cuidan el rigor de
su plantilla docente, procesos de desarrollo cognitivo y la formación de egresados y
especialistas.
En Colima durante el ciclo
escolar 2004-2005 el 5% de los estudiantes inscritos en alguna licenciatura
pertenecía a instituciones privadas. En el ciclo 2005-2006 este porcentaje se
elevó hasta el 11% y en el año 2012 llegó al 12%. ¿Qué pasó en esos años? ¿El
estado no fue capaz de captar un alto volumen de aspirantes a formación
superior? ¿la oferta educativa de la UdeC, normales y tecnológicos no llama ya
la atención?
En el catálogo
de programas de educación superior 2013 en Colima al menos podemos
encontrar 26 escuelas privadas que ofertan carreras diversas como alta
dirección, imagen pública, criminología, artes o educación. El sector privado
tiene una oferta de 126 programas de estudio entre licenciaturas e ingenierías;
la Universidad de Colima 75. Obviamente la Universidad tiene un costo mucho más
bajo y sus instalaciones albergan mayor cantidad de estudiantes, sin embargo el
dato es indicativo.
La cuestión es
simple pero llena de aristas que la complejizan: el mismo estado está generando
las condiciones para la privatización de la educación. Con privatización no me
refiero a que este servicio sea ofrecido por sectores privados o por intereses
diferentes al Estado sino a un proceso donde la educación deja de ser un bien
social, un instrumento de desarrollo colectivo y pasa a ser un activo
financiero. De esta forma sea Jose Martí, Tec Milenio o UdeC, la cuestión es la
misma: infraestructura, procesos, personal y ofertas diseñadas en función de
lógicas mercantiles.
¿Quedaste fuera
de la carrera de tu elección?
El estado funciona
como gestor de la educación privada, es bastante ilustrativo que oficinas de
gobierno se convierten en oficinas de becas de escuelas particulares, lo les
ahorra un trabajo administrativo más. Los convenios que instituciones
gubernamentales realizan con el sector privado para ofertar becas son una
trampa; la Secretaría de la Juventud tiene convenios con escuelas como UNIVER Colima,
Universidad Tec Milenio, Instituto Multitécnico Profesional, ICES, Vizcaya de
la Américas, UNIDEP Manzanillo, CONALEP, ICEP y el CECATI 145, pero en el documento
consultado en la página de transparencia de Gobierno del Estado se detalla que
la Secretaría de la Juventud “funciona
únicamente como gestor del apoyo, es decisión de las Instituciones Privadas si
el apoyo será brindado”.
El discurso de la Jose Martí, el de la UdeC y el de Gobierno del Estado es el mismo: lástima que no pudiste estudiar lo que elegiste o para lo que crees tener vocación, pero el chiste es que tengas un título, mira estas ofertas, ¿no te gustan? mañana inventaremos otras.
¿Qué sistema de educación estamos construyendo?
Comentarios
Publicar un comentario